¿Es nuevo el conflicto en Ucrania o la crónica de una guerra anunciada?

¿Es nuevo el conflicto en Ucrania o la crónica de una guerra anunciada?

 La caída del muro de Berlín fue llamada por Fukuyama “el fin de la historia” ya que aparentemente marcaba la conclusión de la guerra fría y los conflictos a gran escala que iniciaron desde 1914. Era solo un evento más del complejo proceso permanente al igual que lo es el enfrentamiento actual entre Ucrania y Rusia. En este blog analizaremos este conflicto desde una perspectiva histórica para entender mejor la motivación rusa..

¿De dónde salió Rusia?

Poblada por eslavos, dirigida por vikingos, educada por griegos y dividida por Mongoles, Rusia proviene de un complejo proceso que desembocó en la edad media. El Estado de Kiev Rus pasó por varias religiones paganas hasta quedarse con la iglesia ortodoxa, que sigue siendo relevante hoy para el país. Durante muchos años su capital fue Kiev, como el nombre de la civilización, y ahora capital de la Ucrania contemporánea.

Después del saqueo de grandes ciudades de Kiev Rus, Moscú se alzó como núcleo de la nueva Rusia, reuniendo al resto del espacio federal.

El fantasma de la Unión Soviética

La segunda potencia más grande del siglo XX, la Unión Soviética era un proyecto masivo de unificación de los soviets, o trabajadores. Compuesta por 15 repúblicas, el Estado federal fue un elemento determinante en la historia humana del siglo pasado. Desde la carrera espacial hasta el temor de una guerra nuclear, el conglomerado de naciones socialistas forjó con Estados Unidos la realidad del sistema internacional hoy. Su final formal en 1991 parece parte de un proceso evolutivo más que una conclusión definitiva.

Siguiendo la Ley de Lavoisier: El Estado no se crea ni se destruye, solo se transforma. Es imposible eliminar del imaginario colectivo en aproximadamente 30 años el recuerdo de la gran potencia que ahora yace fragmentada, aunque no del todo dividida. Aunque reprimido, en Europa del este todavía se recuerda el bombardeo de lo que fue Yugoslavia por la OTAN en 1999.

Cumpliendo esta línea, hay la probabilidad de que Rusia no se limite a Ucrania sino prosiga con los países que fueron parte del proyecto soviético. Exceptuando, por supuesto, a aquellas naciones que ahora conforman el Tratado del Atlántico Norte, lo cual acentúa la percepción de una amenaza occidental.

Crónica de una guerra anunciada

Aún si nos enfocamos en los últimos 10 años, veremos que Rusia tenía sus intenciones claras manifestadas en acciones peligrosas. La más evidente se dio hace 8 años, en marzo de 2014, cuando la entonces ucraniana península de Crimea se anexó a la Federación Rusa como República. Esto después de una invasión disfrazada de legítimo derecho a defender a la población rusa que supuestamente estaba amenazada por el régimen ucraniano.

Ucrania ha sido desde siempre un elemento fundamental para Rusia, aún si no es parte de su configuración estatal formal. Como trauma del subconsciente colectivo, la OTAN representa para Rusia una amenaza de división, como otrora lo hizo el imperio mongol. Siguiendo la historia moderna, en una Europa occidentalizada, Rusia quiere mantenerse más asiática al estilo chino: una contraposición a la cada vez más debilitada hegemonía estadounidense. No podemos asegurar que es el retorno del proyecto soviet que inició hace más de 100 años, pero sí la búsqueda de su espacio vital desde el nacimiento de su imaginario.

En este sentido, es importante entender la historia como el flujo mediante el cual fluyen estos procesos para así comprender cuál es el relato que nos construye y hacia dónde nos lleva el camino siempre con una perspectiva crítica de la complejo accionar humano, el animal político.


ACERCA DEL AUTOR

Escritor, todólogo, viva la imodium.

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